Una huelga, una Institución, un sindicato. Cincuenta y siete días, afectados, muchos afectados. Hemos visto los distintos enfoques con los que se abordó la ya famosa huelga de la UNISON; el lado del rector, el lado del sindicato, el de los maestros, el de algunos alumnos preocupados, pero ¿qué pasó realmente con los estudiantes durante todos esos días sin escuela?
Bastantes emociones surgieron en el interior de los alumnos, y muchas personas ni siquiera se tomaron el tiempo de observarlas. Factores internos de conducta y comportamiento se vieron modificados ante esta situación. La psicóloga María Guadalupe Lomelí Robles, maestra del Instituto Tecnológico de Hermosillo, nos ofreció una perspectiva sumamente interesante al respecto.
Antes que nada, se delimitó el tema a tratar, lo importante era informarnos acerca de cómo afectó la huelga de la Universidad de Sonora a los estudiantes en cuanto a su perfil psicológico, y de qué manera afectarán las medidas emprendidas por las autoridades de dicha Institución.
Para la licenciada Guadalupe Lomelí, una huelga es una organización muy bien llevada a cabo por personas o individuos que están en desacuerdo con alguna situación en particular. Menciona que ésta consiste en que los trabajadores dejen de realizar las actividades cotidianas con la intención de causar cierta presión social, tratando de lograr con ello, el cumplimiento de sus demandas.
Observamos una huelga de casi dos meses, ante lo cual, comentó: “yo estoy en total desacuerdo, creo que hay maneras más sanas de solucionar estas situaciones, el diálogo es fundamental en este caso, la paciencia y la tolerancia.”
Indicó la licenciada, que en este tipo de conflictos no se trata de ver quién gana o quién puede más, sino de formar una sola conciencia y analizar la situación a profundidad. Sostiene que se deben debatir los puntos de vista de cada partido, y no sólo eso, sino también analizar a quiénes afectamos con nuestras acciones.
Ante esta respuesta, consideramos importante retomar el punto acerca de la afectación, le cuestionamos ¿de qué manera afectaba esta situación al resto de las personas involucradas? Ella respondió que mucha gente había resultado afectada a partir de esta situación; sin embargo, para efectos de la presente entrevista, nos limitamos al tema de los estudiantes.
A lo cual, Robles Lomelí, planteó: “Van los estudiantes un día común a clases, de pronto les piden que abandonen las instalaciones, ¿qué más da? Ya son vacaciones. Pasa la semana santa, y una semanita extra. Pero después vienen días y días de inmovilidad, de pausa en sus vidas. Personas acostumbradas a un ritmo de vida que se viene abajo provocando un centenar de emociones en su interior. Viene el primer factor posible a presentar, la incertidumbre, no sabes qué sigue. ¿Cuál es el siguiente paso? Aquello que te lleva a la ansiedad, que es un estado físico y mental provocado por la ausencia de algo. Las emociones y expectativas personales se encuentran en niveles bajos, ya sea por factores físicos o psicológicos, en este caso la falta de actividad. Este tipo de experiencias te vuelven más receptivo a tu alrededor, te vuelven más sentimental, más voluble”.
Propuso que en los casos extremos, suponiendo el de una estudiante muy aplicada, ésta tiene encima la presión de perder posiblemente el semestre, puede quizás padecer ataques de pánico, es decir, alguna crisis de angustia, pasarse el día entero preocupada por la incertidumbre que suscita la huelga.
Por otro lado, resume, que algunos estudiantes tomaron la huelga como vacaciones largas. Lo cual provocó en ellos una transformación en su mentalidad y su rutina diaria. Los estudiantes se comportaban como si no tuvieran responsabilidades o no “hubiera reglas” por no estar en la escuela. Por consiguiente, este ambiente producía un descontrol en las actividades de los jóvenes.
Pero sabemos que todo lo que comienza tiene que terminar algún día, y esta huelga no fue la excepción a la regla, ¿qué pasa cuando esta situación llega a su fin?
Para nosotros todo vuelve a la ‘normalidad’. Regreso a clases. Los maestros, las instalaciones, las tareas. Sin embargo, expone Lomelí, que los estudiantes reaccionan de distintas maneras. “Unos se alegraron por la noticia y para otros fue una tragedia. Pero el hecho es el mismo. Regresan a un ritmo acelerado, los maestros entran con toda la energía, quieren terminar el semestre, pero hay corrimiento de calendario. Tienen un mes para hacer las labores de dos.”
Las consecuencias que provoca esta situación, explica la psicóloga, son graves, los estudiantes pasan de un ritmo nulo de trabajo a un estado de presión extrema, su rendimiento, por obvias razones, no será el mismo. Los alumnos tienen que reajustarse, readaptarse. “Presión. Están siendo movidos por la presión, lo cual solo remite a un comportamiento inconsciente. Los estudiantes se pondrán más agresivos, más emocionales, todo les parecerá un millón de veces más grande. Se ahogarán en un vaso de agua. Estarán irritables. Es todo un desgaste emocional que después derivará en problemas de salud provocados por el estrés”.
Para finalizar con esta cuestión, comentó que existen investigaciones que reportan que los jóvenes tienen poca confianza en sus instituciones debido a este tipo de conflictos, es decir, los altos grados de incertidumbre provocados por las huelgas inducen al estudiante a perder su credibilidad en la Institución.
Bien se ha comprobado que hace veinte años, los jóvenes no se angustiaban de esta manera ante el futuro, y percibían un ambiente laboral seguro. La educación universitaria de alguna manera garantizaba buenos empleos y estabilidad.
Una vez analizadas sus respuestas con relación a los estudiantes, se le preguntó sobre la reacción por parte de la Institución, sobretodo, ¿qué opinaba con respecto a la modificación del calendario escolar? Inmediatamente después de escuchar la pregunta, sonrió y respondió: “Como educadora creo que es muy difícil, nadie estará feliz con esto. Todo el plan de trabajo se mueve, se mueven las horas con los grupos, lo que ya se había planeado, me imagino que es como comenzar de cero. Además los alumnos no estudian en casa, y vuelven al aula como si nunca se les hubiera explicado nada. Prácticamente el semestre si se perdió. No creo que haya sido la mejor medida a tomar, pero pues la decisión ya está. Tendrá que haber muy buena organización y espero, una muy buena respuesta por parte de los maestros, que también deben comprender que los alumnos dieron una baja en sus sistemas y no podrán volver al ritmo”.
La maestra del Instituto Tecnológico de Hermosillo, considera que las partes involucradas en el proceso de educación, entrarán en una total descoordinación. Mencionó estar enterada de que algunos maestros trabajaron con sus alumnos en las plataformas de Internet, lo cual dio un cierto control sobre los alumnos. Sin embargo, asume que algunos estudiantes no se enteraron y por lo tanto, los niveles de aprendizaje del grupo no estarían iguales.
Puntualizó que, “Los alumnos llegan, y la solución a dos meses de ausencia de atención, orientación, comunicación interpersonal con sus docentes y compañeros, que es donde se encuentra la riqueza del aprendizaje, se reduce a un trabajo final, ¿dónde quedaron todas las variables que intervienen en el proceso de aprendizaje? Es un juego perverso de simulación, en fin que las consecuencias académicas tardaran más en verse. Sólo esperemos que no estalle otra huelga”.
Finalmente, se le solicitaron algunos consejos para que los alumnos puedan terminar el semestre de una manera adecuada. Ella, profesionalmente, recomienda mucha paciencia.
Expone que una buena organización es fundamental en todos los sentidos. Indica, además, que planear la semana conforme a los trabajos es también una buena idea, de tal forma que no nos inundemos después, no dejar las cosas para último momento.
Concluye que la mejor herramienta es estar tranquilos, ya que será un trabajo pesado recuperar los meses perdidos, pero no será imposible. Menciona todos estos consejos mientras redacta en un cuaderno las siguientes palabras clave:
ü Participación activa
ü Compromiso
ü Responsabilidad
ü Revisar y reestructurar hábitos y métodos de estudio
ü Pasión por su carrera
ü Ejercicio y alimentación sana
Al finalizar esta entrevista se reflexionó bastante, sobretodo en el aspecto de nuestras emociones. Los alumnos muchas veces, no nos damos cuenta de cómo afectan nuestras reacciones y emociones. Nunca nos percatamos de que lo que en algún momento vimos como ‘vacaciones’, resultaron ser días llenos de estrés que causaron un desgaste físico y emocional. Sirvió también para darnos cuenta que será una gran carga lo que viene pero que se puede superar manejando bien nuestras habilidades y nuestro tiempo.